Powered By Blogger

miércoles, 24 de noviembre de 2010

"Ella Me Mira Cada Día" 0014

Ella me mira. Cada día. Cada vez que nos cruzamos. Cada día. Cada mañana. Cada día. Cuando voy al trabajo. Cada día. En menos de cien metros, siempre en el mismo lugar. Cada día. Es bellísima, y me mira. Cada día. Si pudiera elegir, en una telenovela haría le papel de la bella malvada, y me mira. Cada mañana.

Me cruzo con ella cuando voy al trabajo, y no sé quién es, ni por qué me mira. Pero lo hace. No sé si me ira porque quiere, o me mira porque yo la miro, porque lo hago, y la miro porque es la chica más bonita con quien jamás me haya cruzado. Es bella. Tiene estilo. Es alta y preciosa. Y me mira cada mañana. Me mira fijamente, a los ojos, cada día. No sé cuándo empezó. No sé cuándo fue la primera vez que nos cruzamos las miradas. No recuerdo nada cuando ella me mira, más que a ella. No me deja pensar en nada su mirada. Ella me mira, y no sé por qué. Y no debería importarme, en realidad. Sólo sé que, cada mañana, muero por encontrarme su mirada. Y que, cuando, por azar, alguna mañana no me cruzo con ella, es como cuando un adicto no encuentra su dosis. Soy dependiente de su mirada. Necesito el chute de adrenalina mañanera que me proporciona el clavar sus ojos en los míos. Cada día, cada mañana. En ocasiones me la cruzo de nuevo a mediodía. Y me mira de nuevo...

No sé si será que la conozco de antes, ahora sólo sé que la conozco porque me mira... No sé si habré hablado con ella antes de que empezáramos a mirarnos, pero me mira como si nos hubiéramos conocido en una vida pasada y lejana, en esa vida ansiada que no puedo vivir ahora, en la que me va todo de manera diferente a como me va ahora, en esa vida en la que ella no sólo me mira... No sé si será que quiere conocerme, pero sería algo tan extraño que no puedo siquiera imaginarlo... En fin, no sé por qué lo hace, pero me mira. Me mira y me traspasa. Su mirada entra por mis ojos, llega a mi cerebro y se reparte por mi columna vertebral, haciendo que cada red neuronal, cada fibra de mi sistema nervioso se ponga en alerta... Me mira... Me mira...

Espero que llegue el día y deje de mirarme, y me hable, y me diga qué ve en mí digno de mirar cada día, por qué me mira, por qué cada mañana nos cruzamos en una porción de tiempo, en una porción de espacio, en una coreografía diaria que tan sólo nos hace cambiar de escenario, bien algo delante, bien algo detrás, pero no de paso, y que se perpetúa en el tiempo haciendo volar mi imaginación y mis sueños...

No hay comentarios:

Publicar un comentario