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lunes, 3 de enero de 2011

"Si Hubiera, Si No Hubiera" 0029

...si tan siquiera hubiera mirado atrás un instante, aunque sólo hubiera sido el tiempo justo en que tarda en caer una gota de rocío desde la hoja de un arbusto al suelo, seguramente hubiera podido esquivar aquel coche, y aún estaría vivo. Si la forma de conducir de aquel mequetrefe hubiera sido más llamativa, es probable que la patrulla de la Guardia Civil, que siempre montaba guardia en el mismo sitio, le hubiera parado y detenido, de tal forma que nunca hubiera estampado su flamante automóvil, a más de cien kilómetros por hora, contra la marquesina del autobús. Si no hubieran despedido a aquel imbécil por perder el dinero de la recaudación de la joyería de aquel día en su camino al banco para ingresarla, seguramente no se hubiera emborrachado, dada su falta de costumbre a la hora de consumir alcohol, tras beber copa tras copa de whisky en el bar del amigo de aquel tipo tan gracioso que hablaba en un programa de televisión de prensa rosa que veía todo el mundo, pero del que no recordaba el nombre, ni mucho menos se hubiera caído del taburete del bar, ni se hubiese abierto una brecha en la barbilla al golpearse contra la barra, justo antes de coger el llamativo coche de empresa que debía devolver al día siguiente sin falta en la empresa de renting que trabajaba para la joyería. Si aquel petimetre engreído que trabajaba en la joyería no se hubiera detenido en la floristería, y, más aún, si no se hubiera quedado absorto junto a la mesa de las rosas que quería regalar a su hija, hubiera notado cómo el sobre con la recaudación del día se deslizaba desde el interior de su gabardina, y caía a sus pies, quedando semioculto junto al banco de petunias.Si no hubiera entrado en aquella floristería para mandarle flores a ella por su cumpleaños, jamás me hubiera encontrado, tirado junto a un banco de petunias, el sobre con más de cinco mil euros. Si no me hubiera quedado con aquel dinero no hubiera podido reservar un vuelo a Londres para aquella misma tarde presentarme en Londres y darle a ella la mayor sorpresa de su vida. Si no hubiera hecho tanto sol aquella tarde, no me hubiera resguardado a la sombra de aquella marquesina de autobuses mientras esperaba impaciente la llegada del taxi que me llevaría al aeropuerto, de camino a Londres, para reencontrarme con ella...

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