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domingo, 10 de julio de 2011

"Oso De Peluche" 0054

No hace mucho tiempo, me dijo una amiga que le caía bien, que era un tipo estupendo, que sería el novio perfecto, pero que no "le ponía". Me dijo que podría ser el tipo de hombre que todas las chicas desean, amable, atento, buen conversador, pero que no "le inspiraba" nada más allá de eso. Ya hace algo más, una amiga me dijo que era como un perfecto oso de peluche, de esos que te pegarías horas achuchando. Pero yo no soy un oso de peluche, ni quiero serlo. La gente confunde ser afable con ser gilipollas, y yo ya me aburro de esto. No me hace falta que me doren la píldora, ni que me besen al verme, ni quiero que nadie me abrace a lo idiota. No llevo corazones de tela bordados en mi piel, ni en mi ropa, ni llevo lazos de cuadros, ni tengo una cuerdecita en la espalda de la que tirar para que te diga "Quiéreme", "Abrázame", o lo que sea.

Ayer no te hablé. A drede. Si no quieres saber nada de mí cuando no estoy, no pretendas que te entretenga cuando apareces. Soy un oso de peluche porque me comporto como una persona, y eso, hoy día, no se lleva. Soy simpático y empático, y esa es mi perdición. Me ilusiono con las cosas, con la gente, con las situaciones, trazo historias en mi imaginación, y luego, punto por punto, mis ensoñaciones se desmoronan hasta no quedar nada a lo que agarrarse. Y luego me vienen con esas. "Eres un oso de peluche". Gigante. De casi metro noventa. Serviría como mascota de algún parque de atracciones, de esas con las que la gente se saca fotos con gesto sonriente sin saber si quien está adentro ríe o llora. Y ya ni me ofendo con esas cosas, que es lo peor. Ya me da igual. No me importa nada ya a estas alturas, nada va a cambiar ya, y pensar que sí lo vaya a hacer es de tontos. Oso de peluche, suave y cálido. Quizás no sea una mala comparación. Para lo que haga falta, ahí estoy yo. Raudo y veloz. Aunque luego nadie esté cuando me haga falta a mí. Te miro, sonrío y pienso que me amas, pero no me doy cuenta de que los osos de peluche no tienen cerebro ni corazón. Si acaso, plumas, o espuma o serrín, o cartón. O nada. "No te sientas mal, me caes bien, pero no me inspiras nada". Los osos de peluche estamos para que nos abraces cuando te sientas solo, para achucharnos mientras piensas en otros, para dejarnos sentados sobre la cama mientras disfrutas con la compañía de otras personas. Los osos de peluche no pensamos, ni sentimos, ni amamos. Sólo lloramos en silencio, en un rincón, sin lágrimas, para no pudrirnos, para no molestar a nadie, para no ser el centro de atención. Los osos de peluche no contamos para nada, pero cuando nos abrazas, al menos, damos calor.

Yo no quiero ser ya un oso de peluche. Ya no quiero serlo más. No quiero caer bien una vez que me conoces, no quiero ser tu mejor amigo, ni esa persona a la que le confías las penas que te atormentan cuando te da el bajón. No quiero ser esa persona, porque no lo soy. Lo que de verdad quiero ser es en quien piensas mientras le cuentas tu vida a los otros.Quiero ser ese. Ahora.

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