Powered By Blogger

sábado, 21 de mayo de 2011

"Te Veo Y Me Dueles, Mi Vida" 0052

Aún recuerdo lo que fue lo nuestro. Yo era un cachorro en tus manos, pequeño, blandito, pendiente de la siguiente payasada que te hiciera sonreír, de la siguiente ocasión en que me prestaras algo de tu atención... Tú nunca me tomaste en serio. Siempre fui para ti una diversión, un "Scattergories" con el que pasar el rato, una nimiedad, una bagatela. Es lo malo de ser follamigos. Eso es lo peor. Cuando uno de los dos lo sabe y el otro no.

Dejé tantas cosas por complacerte, hice tantas otras que me desagradaban profundamente, aparté a un lado a tanta gente, esquivé a tantas otras que hubieran querido que estuviera a su lado, sólo por tenerte. No puedo decir que la cosa fuera sorpresiva, pues nada de lo que planeé contigo salió jamás como pretendí. Así fue durante casi un año. Casi. Casi hoy, o mañana. En realidad, hoy. Hoy hace un año comenzó todo lo bueno que lo malo ha tenido, que además duró poco y fue sólo a tu conveniencia. Hace un año a estas horas, aún no nos habíamos besado, aún contaba con algún amigo con el que ahora ya no cuento, aún creí que eras alguien interesante destinada a jugar un papel importante en mi vida, y aún, visto lo visto, me equivocaba. Este año ha sido un tira y afloja, en el que tú siempre tirabas y yo aflojaba, en el que he recibido plantones, excusas, falsas esperanzas por ti urdidas y mentiras. Demasiadas mentiras. Me has demostrado no tener sentimientos, ni palabra, ni nada tras tu fachada. Has sido capaz de mentirme a la cara y yo me he creído cada una de tus historias, quizá porque me convenía. Quizá porque yo soy de los que me empeño en que las cosas funcionarán si se les deja tiempo, aunque vea que se están rompiendo desde el principio. Quizá porque tú seas el último eslabón de la cadena de fracasos sentimentales que en mi vida han existido. Quizá porque soy un cabezota, o porque no quiero estar solo. Quizá porque me pareciste lo suficientemente interesante como para considerar pasar el resto de mi vida contigo. Me equivoqué nuevamente, eso es algo que se me da bien.


Desde que rompimos lo que entre tú y yo no había, he pasado tiempo sin verte, tiempo que creí que me serviría para olvidarte. Ahora, que de nuevo te tengo a mi lado a veces, las conversaciones banales surgen como entonces, vacías pero fluidas. Hacemos cosas que hacíamos antes de besarnos, cuando apenas nos conocíamos. Volvemos a lo que éramos años atrás, y no te diré que me encante, pero en el fondo, no me desagrada. Será que pienso que es la nueva oportunidad de andar por un camino que se bien dónde no me debería llevar, pero que sin quererlo yo, de nuevo lo hace. Te veo y me dueles, mi vida. Pero más me duele cuando veo que me dejas solo, y apenas me saludas cuando esa otra persona está presente, que es casi siempre. Te borré de mis redes sociales, borré tu teléfono de mi agenda. Para no darme a mí mismo la ocasión de aprovechar las malas oportunidades que mi debilidad a veces me brinda, en forma de llamada a horario intempestivo o mensaje inapropiado y llorón. Tenía tu teléfono guardado en la memoria de un viejo móvil que apenas uso, pero ya no. Lo he borrado, y espero que, hoy, que se cumple un año de aquella primera ocasión, sea capaz de resetear mi cerebro y, por fin, enterrarte siempre en el fondo de mi memoria, aunque no confío en que así sea. Maldigo aquel día, aquella cena, y el momento en que decidí acompañarte a casa. Te maldigo a ti, por darme vanas esperanzas de que lo nuestro tendría algún sentido. Y me maldigo a mí, por inocente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario